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Compré un Porsche 918 Spyder dañado por un incendio valorado en 2,000,000 de dólares y es peor de lo que puedes imaginar

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Tavarish

Este vídeo ha sido tendencia en Reino Unido, Australia, Canadá, Estados Unidos y Papúa Nueva Guinea

El youtuber y restaurador de autos Freddy “Tavarish” Hernández abre el video explicando que el Porsche 918 Spyder siempre fue su coche soñado e inalcanzable: un hipercoche híbrido ultrarraro de 887 caballos que salió de fábrica por alrededor de un millón de dólares y que hoy cambia de manos por casi dos millones. Cuando apareció un ejemplar dañado por incendio en una subasta de salvamento, no pudo resistirse al reto. Aunque la puja se disparó muy por encima de los costos realistas de reparación, realizó la oferta ganadora para que los espectadores presenciaran la resurrección de un ícono de la ingeniería moderna que pocos mecánicos independientes se atreverían siquiera a tocar.

En cuanto el coche llega a su entrada, la magnitud real de la destrucción se vuelve dolorosamente evidente. La mitad trasera está carbonizada hasta dejar la fibra de carbono al descubierto, el vano motor está cubierto de plástico derretido y hollín, y ambos escapes son poco más que agujeros dentados. Al levantar la tapa trasera se ve que el colector de admisión del V8 está deformado, varios manguitos de refrigerante se volatilizaron por completo y la sofisticada electrónica híbrida prácticamente se licuó. Una inspección más detallada revela burbujas de calor en el monocasco de fibra de carbono, lo que podría comprometer la integridad estructural de todo el chasis.

En el interior, la situación empeora. El volante de Alcántara está chamuscado, la pantalla central se ha implosionado y los famosos asientos con armazón de magnesio están deformados sin posibilidad de recuperación. Cada mazo de cables huele a aislamiento quemado, lo que significa que incluso los circuitos lejos del incendio tendrán que reemplazarse. Como Porsche integró el paquete principal de baterías en lo profundo del habitáculo, extraerlo exige desmontar casi todo el interior, una operación que normalmente requiere herramientas de fábrica y estrictos protocolos de seguridad. Sin la diagnosis propietaria de Porsche, incluso confirmar si los componentes híbridos son recuperables se vuelve casi imposible.

Tavarish eleva luego el coche para inspeccionar los bajos. El piso plano, íntegramente de carbono, está estructuralmente sano en algunos puntos pero delaminado en otros; hay pruebas claras de resina agrietada allí donde el calor se encontró con refrigerante y agente extintor. Los brazos de suspensión del lado del conductor están cubiertos de aluminio derretido proveniente de soportes cercanos, y los discos de freno carbocerámicos muestran fracturas en forma de telaraña por el calor. Señala que muchas de las piezas de recambio son elementos únicos de Porsche Motorsport ya descatalogados, lo que le obligará a buscarlas por todo el mundo o fabricar alternativas a medida—cada decisión con el riesgo de disparar el presupuesto a cifras de siete dígitos.

Para determinar si el proyecto es siquiera viable, intenta el diagnóstico más básico: girar el motor a mano. Sorprendentemente, el V8 aún gira libremente, lo que sugiere que quizá se evitó un daño interno catastrófico. Sin embargo, ponerlo en marcha exigirá un cableado totalmente nuevo, centralitas frescas codificadas por Porsche y una reconstrucción completa de los sistemas de refrigeración, combustible y lubricación. La caja de cambios híbrida y el motor eléctrico del eje delantero siguen siendo incógnitas; sustituir cualquiera de los dos podría costar más que muchos superdeportivos completos.

El video se cierra con Tavarish sopesando la recompensa emocional de revivir un hipercoche legendario frente al riesgo financiero prácticamente ilimitado. Invita a los espectadores a seguir una serie abierta que documentará si la inventiva de un taller privado puede superar la complejidad de nivel fábrica de Porsche. Incluso para un salvador experimentado que ya ha resucitado McLaren y Lamborghini, el 918 Spyder parece ser su reto más abrumador y potencialmente ruinoso hasta la fecha

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