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¡ENCUENTRA EL ZUMBADOR! (Con Djilsi, Mcfly y Carlito)

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JOYCA

Este vídeo ha sido tendencia en Luxemburgo, Francia y Bélgica

Squeezie reúne a Mcfly, Carlito y Djilsi para un escondite reinventado: un pequeño dispositivo sonoro está oculto en algún lugar de un enorme estudio y los demás deben encontrarlo antes de que acabe la cuenta atrás. Desde la primera ronda la energía es eléctrica; Djilsi se encarga de esconder el timbre en una zona de restauración abarrotada. Cada pitido estridente aumenta la presión; los participantes registran frenéticamente cada rincón y los chistes vuelan entre falsas esperanzas. Tras varios minutos de búsqueda, Mcfly logra por fin localizar el aparato, desatando una celebración estruendosa y confirmando la eficacia de su método “a base de instinto”.

La segunda ronda muestra a Mcfly y Carlito cooperando para plantear un auténtico rompecabezas: deslizan el timbre dentro del busto hueco de un maniquí de decorado, junto a accesorios que también suenan al agitarlos. Squeezie y Djilsi recorren los pasillos, se dejan engañar por los ecos y elaboran teorías cada vez más descabelladas. Mientras el cronómetro avanza, una sucesión de pistas falsas y desplazamientos del timbre mantiene el suspense. A pocos segundos del final, Djilsi se alza finalmente con la victoria e iguala el marcador, explotando la tensión acumulada.

Para la ronda decisiva, Squeezie toma las riendas y opta por un escondite casi imposible: cuelga literalmente el timbre en el interior de un foco, fuera del campo visual. Mcfly y Carlito, convencidos de que el objeto está en el suelo, rastrean en vano los bastidores. Los planos alternan entre sus caras absolutamente perdidas y la sonrisa depredadora de Squeezie, que saborea cada pitido resonando en el vacío. Cuando Carlito alza por fin la vista y comprende la artimaña, apenas quedan unos instantes; su sprint final por la escalera provoca un empate perfecto, desatando gritos de sorpresa y una lluvia de confeti.

Ante el marcador ajustado, el cuarteto acuerda un desafío exprés adicional: un duelo de velocidad con el timbre colocado a la vista en el centro del plató. Djilsi gana el enfrentamiento magistralmente, sella la victoria de su equipo e impone el castigo a los perdedores: un chapuzón helado en una piscina improvisada en el aparcamiento. El vídeo concluye con una buena dosis de autoironía, carcajadas compartidas y un adelanto de conceptos futuros todavía más locos, consolidando la complicidad entre creadores y la promesa de contenido entretenido para la comunidad

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