VIAJANDO SOLO de COLOR AMARILLO en TREN

Juan De Dios Pantoja

Este vídeo ha sido tendencia en México, Colombia, Argentina, Perú, Venezuela, Chile, Ecuador, Guatemala, Bolivia, República Dominicana, Honduras, Paraguay, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Uruguay y Puerto Rico

El creador comienza el vídeo explicando por qué eligió emprender la ruta a solas en el célebre Tren Amarillo de los Pirineos, una línea centenaria que conecta Villefranche-de-Conflent con Latour-de-Carol atravesando valles, puentes colgantes y cumbres de casi 1 600 m. Desde el primer minuto deja claro que la experiencia de viajar solo potencia la conexión con el paisaje: sin distracciones, el amarillo de los vagones contrasta con el verde intenso de los bosques y el gris de las formaciones rocosas, creando un juego cromático que se refleja de forma espectacular en las ventanillas panorámicas.

A lo largo del trayecto, el vídeo intercala planos aéreos de los viaductos de Séjourné y Gisclard con tomas subjetivas desde los coches abiertos. El presentador comenta detalles históricos —la construcción empezó en 1903 y sigue utilizando el mismo sistema de alimentación eléctrica original— y aporta datos prácticos sobre horarios, tarifas y mejores épocas del año para subir al tren. Señala que en primavera y en otoño la afluencia es menor, lo que facilita conseguir asiento en los compartimentos sin techo, ideales para los amantes de la fotografía de paisajes.

Los minutos centrales se centran en la sensación de libertad que brinda viajar solo. Se habla de la importancia de planificar con antelación, llevar ropa por capas (las temperaturas cambian drásticamente al subir de los 400 m a los 1 500 m) y reservar alojamiento en pueblos pequeños como Font-Romeu para vivir la auténtica vida pirenaica. El autor destaca que, aun cuando se viaja en solitario, el Tren Amarillo fomenta conversaciones improvisadas; compartir banco con excursionistas franceses, cicloturistas e incluso peregrinos del Camino de Santiago en su variante catalana enriquece la ruta.

Hacia la mitad del vídeo hay una parada en Mont-Louis-La Cabanasse. El presentador desciende para mostrar la fortaleza diseñada por Vauban, degusta un queso de leche cruda típico de la Cerdanya y sube de nuevo al tren, ilustrando cómo es posible compaginar la travesía ferroviaria con pequeñas escapadas gastronómicas y culturales. El mensaje principal: la autonomía de viajar solo permite adaptar los tiempos sin condicionantes externos.

En la recta final, las tomas ralentizadas del atardecer sobre la meseta del Capcir sirven de telón de fondo para una reflexión más personal. El creador subraya que la vibrante pintura amarilla simboliza optimismo y aventura; mirar por la ventanilla y ver el propio vagón recortado sobre la montaña refuerza la idea de que cada viajero escribe su propio itinerario. Concluye aconsejando reservar los billetes en la web oficial de SNCF con al menos una semana de antelación, llevar batería externa y, por supuesto, no olvidar una chaqueta amarilla para la foto icónica en la plataforma trasera del convoy.

El vídeo termina en Latour-de-Carol-Enveitg. El presentador resume gastos (billete de 22 € ida, 12 € de comida local, cero euros en actividades al aire libre), anima a los espectadores a perder el miedo a viajar solos y recuerda que el Tren Amarillo no es solo un medio de transporte: es un viaje en sí mismo, un mirador rodante que, gracias a su color característico, llena de energía y posibilidades a quien se sube a bordo.

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