EN COMPLETO | El comisionado de policía de KZN, Mkhwanazi, habla en detalle sobre Brown Mogotsi

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El comisionado de Policía de KwaZulu-Natal, teniente general Nhlanhla Mkhwanazi, ofrece un relato minucioso de por qué el detective veterano Brown Mogotsi se ha convertido en el centro de investigaciones penales y administrativas paralelas. Comienza describiendo la larga carrera de Mogotsi en el Servicio de Policía de Sudáfrica (SAPS), destacando su reputación por resolver casos de alto perfil y la confianza que otrora le tenían sus colegas. Según el comisionado, esa reputación empezó a desmoronarse tras detectarse un patrón de riqueza inexplicable: vehículos de lujo, múltiples propiedades y frecuentes compras en efectivo que superaban con creces su salario oficial. Cuando la Unidad de Gestión de Integridad del SAPS contrastó estas señales de alerta con informes de inteligencia que vinculaban a Mogotsi con figuras del crimen organizado en Durban, se decidió someterlo a vigilancia encubierta.

Mkhwanazi expone los incidentes clave que originaron la actual acusación. El primero fue la evidencia que relaciona a Mogotsi con varios asaltos a camiones de transporte de valores, incluida la geolocalización de su teléfono que lo situaba en reuniones de planificación y notas de voz en las que presuntamente asesoraba a los atracadores sobre los tiempos de respuesta policial. El segundo fue el hallazgo de que armas de fuego registradas como “pruebas” en casos asignados a él reaparecieron luego en escenas de crímenes violentos. La balística forense vinculó al menos tres armas homicidas con pistolas que debían estar almacenadas en los depósitos del SAPS. El comisionado subraya que este descubrimiento fue decisivo porque convirtió la sospecha interna en un expediente penal que la Autoridad Nacional de Fiscalización (NPA) pudo procesar.

Detalla luego la operación multidisciplinaria que culminó con la detención de Mogotsi. Investigadores de los Hawks, operativos de Inteligencia Criminal y el Equipo de Respuesta Táctica ejecutaron redadas simultáneas en la casa de Mogotsi, un negocio familiar y un escondite en Umlazi. Se incautaron 1,2 millones de rands en efectivo, luces azules policiales clonadas, armas sin licencia y tarjetas bancarias pertenecientes a atracadores condenados. Mkhwanazi confirma que los equipos forenses informáticos clonaron todos los dispositivos y que la extracción de datos continúa, añadiendo que se esperan más arrestos a medida que se corroboren vínculos con redes de extorsión y secuestro.

En la dimensión administrativa, el comisionado explica que Mogotsi recibió una suspensión precautoria conforme al Reglamento 13(1) del SAPS inmediatamente después de su comparecencia judicial. Una investigación departamental independiente se desarrollará en paralelo al juicio penal para evitar que retrasos técnicos impidan su destitución si se demuestra falta grave. Mkhwanazi destaca las lecciones aprendidas de fracasos disciplinarios previos, como una gestión más rigurosa de la cadena de custodia de pruebas y auditorías de estilo de vida obligatorias para detectives que manejan evidencias de alto valor.

Por último, Mkhwanazi aborda la confianza pública. Reconoce que el caso ha evidenciado debilidades en la supervisión, pero sostiene que la acción decidida demuestra que el sistema puede autocorregirse. Se compromete a ofrecer informes semanales de avance hasta la resolución del asunto e insta a los ciudadanos a aportar información, asegurando que se han destinado recursos para la protección de testigos. El comisionado concluye reiterando que erradicar a policías corruptos como Brown Mogotsi es esencial para restaurar la integridad en la Policía de KwaZulu-Natal y para desmantelar las redes delictivas que dependen de agentes comprometidos

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