Los trucos sucios de los hoteles de lujo para sacar más dinero 💵🏨

Luisito Comunica

Este vídeo ha sido tendencia en Venezuela, Chile, Ecuador, Guatemala, Bolivia, República Dominicana, Honduras, Paraguay, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Uruguay, Puerto Rico, México, Colombia, Argentina y Perú

El vídeo revela cómo muchos hoteles de lujo aplican estrategias perfectamente legales, pero poco transparentes, para extraer la mayor cantidad posible de dinero de sus huéspedes. Todo empieza antes de la reserva: los motores de búsqueda se llenan de tarifas “desde” que nunca corresponden al precio final. Cuando el cliente hace clic, aparecen gastos adicionales —tasas de resort, impuestos locales inflados o “cargos por servicio”— que no se pueden evitar y que rara vez se desglosan con claridad. Así consiguen que la tarifa parezca competitiva hasta el último paso del proceso de compra, donde ya resulta psicológicamente más difícil echarse atrás.

Una vez en el hotel, la recepción despliega técnicas de upselling entrenadas al milímetro. Se ofrece un “upgrade gratuito”, pero ese ascenso suele ir acompañado de la obligación de contratar un desayuno premium, un acceso al spa o la compra de experiencias exclusivas. El personal también propone late check-out o early check-in, dos servicios que cuestan poco al establecimiento pero que tienen márgenes altísimos. La clave es que el huésped sienta que está mejorando su estancia, cuando en realidad está incrementando sin darse cuenta la factura final.

El minibar constituye otro pilar de rentabilidad. Los hoteles cargan precios desorbitados justificados por la “conveniencia”, y muchos colocan sensores electrónicos que registran de forma automática la retirada de un producto, incluso si el cliente solo lo mueve. A esto se suma el “tray charge” o cargo por bandeja en el servicio a la habitación, que puede llegar a duplicar el precio de un simple café. El vídeo subraya que estos suplementos no buscan cubrir costes reales, sino incentivar que el huésped baje al bar o al restaurante del hotel, donde los márgenes son igualmente jugosos.

El programa de fidelidad, presentado como un beneficio, es en realidad otra herramienta para exprimir al viajero. Los puntos obtenidos caducan rápido y empujan a reservar estancias adicionales o a pagar upgrades con dinero en efectivo más puntos. Además, al inscribirse, el cliente acepta recibir campañas personalizadas de venta cruzada que promueven servicios de alto margen: traslados privados, tours exclusivos o tratamientos de bienestar.

Finalmente, el vídeo concluye que la opacidad de estos “trucos sucios” funciona porque la mayoría de huéspedes centra su atención en la habitación y descuida el desglose completo de costes. El consejo principal es leer la letra pequeña, preguntar por cada cargo y comparar siempre el precio final —incluidos todos los extras— antes de confirmar la reserva. De lo contrario, alojarse en un hotel de lujo puede terminar costando mucho más de lo que se esperaba.

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